1.
(LUISA Y TRISTÁN ESTÁN EN EL CONSULTORIO DEL DOCTOR.)
DOCTOR: Hola, Tristán, hola Luisa. Me da gusto verlos. Se ven bien. ¿Cómo han estado?
TRISTÁN: Bien, gracias, doctor.
LUISA: Bien, todo bien.
DOCTOR: Te veo muy tranquila.
LUISA: Estoy medicada. Todo va bien, algo aburrido, pero tranquilo y es lo que importa, ¿no?
DOCTOR: Por el momento, así es Luisa, pero vamos a comenzar a retirar el medicamento porque puede afectar al bebé. Te pido por favor que vayas a terapia de grupo y que permitas que la enfermera Mary te cuide cuando Tristán no está en casa. No debemos dejarte sola sin medicamento.
LUISA: Entiendo.
DOCTOR: Lo siento, Luisa.
LUISA: No hay nada que sentir, papá. Sé que es por el bien de todos.
(ENFERMERA MARY, TRISTÁN Y LUISA EN EL DEPARTAMENTO, CERCA DE LA PUERTA.)
TRISTÁN: Me voy, amor. Te cuidas. Nos vemos en la noche, Mary. Cualquier cosa este es mi celular.
MARY: Sí, señor. Yo me quedo con la señora Luisa y le aviso cualquier cosa.
LUISA: (VIENDO A MARY CON CARIÑO Y ACARICIANDO SU CARA.) Luisa, Mary, no me digas "señora Luisa", soy Luisa, me conoces de toda la vida. Siempre me has cuidado.
MARY: (MARY TAMBIÉN LE TOMA LA MANO Y LA VE COMO UNA MADRE A SU HIJA.)Sí, Luisa, mi niña. Siempre contarás conmigo. Estaremos bien.
(TRISTÁN SE VA.)
MARY: Bueno, hoy comenzamos a retirar el medicamento poco a poco. Comenzamos a bajar la dosis un cuarto por semana hasta que eliminamos la pastilla por completo. A las cinco tenemos cita de terapia de grupo con la Dra. Consuelo Paz, ¿te parece bien con ella o prefieres a alguien más? Tu papá hizo la cita.
LUISA: Está bien, ya me conoce. Después de un tiempo es cansado repetir la misma historia.
MARY: Pero han pasado cosas nuevas.
LUISA: Por eso, con Consuelo solo voy a actualizar, con cualquier otra persona sería comenzar de nuevo y no quiero. Está bien, Mary. ¿Ya desayunaste? Vamos a desayunar. (PAUSA.) Mary, ¿quién está en la cocina?
MARY: Nadie, mi niña. Vamos a desayunar para que te tomes la pastilla.
LUISA: Pero sácalo de la cocina primero.
MARY: Está bien. (MARY SE METE Y EN SEGUNDOS SALE Y TOMA A LUISA DE LA MANO. MARY SE VE CAMBIADA EN SU GESTO, YA NO SE VE MATERNAL, SINO AUTORITARIA Y SU VOZ YA NO ES AMABLE, ES FRÍA Y SECA.)
MARY: Ya, Luisa, déjate de tonterías y ven a desayunar. Hay mucho qué hacer hoy. Tenemos que arreglar la casa para cuando llegue Tristán, nunca pudiste terminar una carrera para hacer algo útil con tu vida. No te queda otra que ser la esposa mantenida de un pusilánime.
LUISA: ¿Mary, qué te pasa? ¿Por qué me dices esas cosas? Tú nunca me has ofendido. Tú siempre me has querido. ¿Qué tienes, Mary, por qué me ves así?
MARY: Te digo la verdad. Ya cállate y tómate la pastilla. Tómatela con este jugo.
LUISA: ¡No! ¡Déjame! ¡Suéltame! ¡Aléjate! (VA AL TELÉFONO Y MARCA. MARY VA HACIA ELLA CON UNAS TIJERAS, LE ARREBATA EL TELÉFONO Y LE CORTA EL CABLE CON UN GESTO ROBÓTICO. LUISA LA MIRA CON TERROR. CORRE HACIA SU RECÁMARA Y SE ENCIERRA.)
LUISA: ¿Tristán...? ¡Corre! ¡No sé qué le pasa! Me dijo cosas horribles, así no es Mary... No, no me la he tomado. No sé si deba. Está rara. ¿Qué tal que me da algo que no es?
TRISTÁN: (ABRE LA PUERTA DE GOLPE Y SE ABALANZA HACIA ADENTRO DEL DEPARTAMENTO) ¡Luisa, Luisa! ¿Dónde estás?
LUISA: (TRANQUILA, ARREGLADA Y EXTRAÑADA) Aquí en la cocina. Estamos haciendo la comida. Hola, amor. ¿Qué haces? ¿Te dejaron salir temprano?
TRISTÁN: Me hablaste. Estabas muy mal. Dijiste que Mary... (SALE MARY DE LA COCINA IGUAL QUE EN EL PRINCIPIO, AMABLE Y MATERNAL.)
MARY: Sí, se resistió a tomar su pastilla y le estaba dando una crisis. Afortunadamente, después de llamarle por teléfono, salió de la habitación sintiéndose más tranquila y desayunó y se tomó la pastilla.
TRISTÁN: ¿Entonces todo está bien? ¿Me puedo ir?
LUISA: Ya está la comida, por lo menos come y te vas, ¿sí?
TRISTÁN: Sí, creo que tienes razón.
(LUISA Y MARY EN EL CONSULTORIO DE LA DOCTORA CONSUELO CON OTROS PACIENTES EN SILLAS EN CÍRCULO.)
LUISA: Hola, soy Luisa y tengo TLP.
PACIENTES: ¡Hola, Luisa!
LUISA: Estoy embarazada y tengo miedo. Tengo mucho miedo. (LLORA)
DRA. CONSUELO: (SE LEVANTA Y ABRAZA A LUISA. SE DIRIGE AL GRUPO Y HABLA) ¿Alguien que quiera compartir una experiencia con Luisa?
PACIENTE 1: Hola, Luisa, soy Teresa. También tengo TLP y tengo dos hijos.
(LUISA VOLTE A VER CON INTERÉS Y ESPERANZA A TERESA.)
TERESA: No te voy a mentir, no fue fácil, pero con la ayuda de mi marido y de mi madre las cosas van tranquilas. Me retiraron el medicamento poco a poco en ambos casos. La primera vez fue un éxito, todo fue estable y no sufrí ningún episodio. Estuve tan controlada que nos animamos a tener otro bebé al año. Pero no tuve tanto éxito. Las hormonas revolucionando mi estado de ánimo con el segundo bebé en gestación, más las exigencias del primero, me volvieron loca. Tuve un par de episodios e incluso atenté contra mi vida. Siempre estuve acompañada, así que nunca le hice nada a mi bebé, pero me tuvieron que internar unos meses. Pero ahora que ya nació, volví al medicamento y todo va bien. No he tenido crisis en más de un año y todos somos felices.
LUISA: ¿Nunca viste demonios en la cocina? ¿Tu cuidadora nunca intentó envenenarte?
TERESA: (REALMENTE CONVENCIDA DE LO QUE DICE) No. Muchas veces vi demonios asomándose por los espejos, tratando de salir por las llaves del baño, en la cocina no, tal vez les daba pereza cocinar, pero en el baño había muchos. Y no, mi cuidadora no trató de envenenarme, sino mi marido y mi madre. Entre los dos intentaban matarme, eliminarme, aniquilarme. Ya sabes, te ignoran, te encierran, hablan de ti como si no estuvieras, te hacen creer que ya moriste. Son malos...
DRA. CONSUELO: Gracias, Teresa. ¿Alguien más?
TERESA: ¿También me quiere eliminar? ¿Mi testimonio no es lo suficientemente bueno para su grupo?
DRA. CONSUELO: Sí, Teresa, es muy bueno, pero es tiempo de que alguien más hable, hay que darle su oportunidad a todos, ¿no crees?
TERESA: OK.
LUISA: ¡Gracias, Teresa! ¡Tú sí me entiendes! ¡Gracias! (Y ABRAZA A TERESA CON CARIÑO COMO SI FUERA SU HERMANA.)
2.
TRISTÁN: ¿Segura que quieres empezar a correr?
LUISA: Podemos ir juntos, así no correría sola, ¿cómo ves? La doctora dice que incluir ejercicio en la rutina genera endorfinas y eso me pone de buen humor. Conforme me retiran la medicina, debo buscar calmantes y ansiolíticos naturales.
TRISTÁN: Bueno, ¿te parece si mañana comenzamos?
LUISA: ¡Sí! Le voy a decir a Mary que me acompañe a comprar todo el equipo necesario antes de ir a terapia. ¡Qué emoción! (LUISA SE VE TAN ALEGRE COMO AL PRINCIPIO. SALTA DE LA CAMA Y LE GRITA A MARY QUE ENTRA CORRIENDO.)
MARY: ¿Qué pasa? ¿Estás bien, mi niña?
LUISA: Sí, Mary. Hoy nos vamos de compras.
(LUISA Y MARY EN LA TIENDA DE DEPORTES.)
LUISA: Voy a empezar a correr y no sé qué tipo de tennis necesito. ¿Da igual?
VENDEDOR: No, para empezar le recomiendo unos como estos. ¿Y de ropa prefiere shorts, leggins o pants? Tenemos playeras dry fit, de tirantes, para correr en la lluvia, térmicas...
LUISA: Tranquilo. Solo quiero correr, no soy profesional. Algo sencillo y bonito. ¿A ti qué te gusta, Mary? De todos estos tennis me gustan estos grises con rosa y quiero unos leggins grises y esta blusa rosa, así todo combina bonito, ¿no?
MARY: Sí, la rosa está linda.
LUISA: Pero me queda grande, ¿no?
MARY: Así por encima se ve bien.
LUISA: Mejor me la mido bien en el probador.
(MARY PONE CARA DE PREOCUPACIÓN.)
LUISA: Estoy bien, Mary. No pasa nada. ¿Puede pasar conmigo?
VENDEDOR: La puede esperar afuera, los probadores son estrechos.
LUISA: No pasa nada, Mary. En serio. Desde aquella vez con la doctora todo ha ido bien, ¿no?
MARY: Sí...
LUISA: Ya regreso, no pasa nada. Solo es una playera. Ni tiene botones.
MARY: Bueno.
(LUISA SE VA Y REGRESA SIN NOVEDAD.)
LUISA: Me la llevo.
VENDEDOR: Muy bien. ¿Algo más? (UNA SOMBRA PASA POR DETRÁS DEL VENDEDOR COMO VIENDO ROPA EN UNOS DELOS RACKS.)
LUISA: (DICE EN TONO SEDUCTOR) Sí, ven acá. (LO JALA DE LA CORBATA, LO BESA CON PASIÓN, LE QUITA LA CORBATA Y EL VENDEDOR ABRE MUCHO LOS OJOS Y VE A MARY. MARY TRATA DE SEPARARLOS.)
MARY: Ya, mi niña. Ya vámonos. Tenemos que ir por la comida porque Tristán va a ir a comer. Ya paga eso y vámonos.
(EL VENDEDOR SE QUITA A LUISA DE ENCIMA. LUISA SE ENFURECE Y SE LE VA ENCIMA ATACÁNDOLO CON LAS UÑAS Y GRUÑENDO. LE AVIENTA TODO Y SALE CORRIENDO. MARY SALE DETRÁS DE ELLA PIDIENDO MIL DISCULPAS. UNOS SEGUNDOS DESPUÉS LUISA ENTRA TRANQUILAMENTE, RECOGE TODO, SE FORMA Y PAGA.)
3.
(NOCHE. LUISA Y TRISTÁN EN EL DEPARTAMENTO. EN LA RECÁMARA. TRISTÁN LEE EL PERIÓDICO Y LUISA TIENE UN LIBRO EN LAS MANOS, EN EL BURÓ AL LADO HAY UNA TAZA DE TÉ Y LUISA TRAE PUESTOS UNOS LENTES. SE VE INTRANQUILA.)
LUISA: Tristán, ¿todavía me quieres?
TRISTÁN:(SIN QUITAR LA VISTA DEL PERIÓDICO) Sí, preciosa, más que el primer día.
LUISA: (DICE CON VOZ ENTRECORTADA) No es cierto. (LLORA CON MUCHO SENTIMIENTO Y DOLOR SINCERO. LE ESCURREN LAS LÁGRIMAS POR LAS MEJILLAS, NO GRITA NI NADA.) Ya no somos felices. Todavía no nace el bebé y esto ya se acabó.
(TRISTÁN DEJA EL PERIÓDICO Y ABRAZA A LUISA. LA BESA TIERNAMENTE EN LAS MEJILLAS Y DEJA SUS LENTES EN SU BURÓ. SE VE UNA SOMBRA PASAR EN EL ESPEJO. SE CIERRA LA PUERTA DE LA RECÁMARA DE GOLPE Y LUISA BRINCA. TRISTÁN HACE EL ADEMÁN DE LEVANTARSE, PERO LUISA LO DETIENE.)
LUISA: No me dejes. Nunca. Está aquí y me quiere, pero mientras tú estés conmigo no me puede hacer daño. (LUISA BESA A TRISTÁN CON MUCHO CARIÑO Y CON MUCHA TERNURA. SE VE UNA SOMBRA JUNTO A LA LÁMPARA POR UNOS SEGUNDOS, APENAS LO SUFICIENTE.)
4.
(MARY ABRE LA PUERTA DEL DEPARTAMENTO. TRISTÁN LA RECIBE CON SHORTS LARGOS, TENNIS Y UNA CAMISETA AGUADA, BLANCA Y SUDADA.)
TRISTÁN: Hola, Mary. Acabamos de llegar de correr, Luisa está en la cocina. ¿Ya desayunaste?
MARY: Ya gracias. (SUSURRANDO) ¿No crees que Luisa ya no debería de correr?
TRISTÁN: (SUSURRANDO) No corre, caminamos. Pero le gusta salir y le hace bien, se pone de buen humor.
MARY: (SUSURRANDO) Bueno.
(LUISA SALE DE LA COCINA CON UN JUGO EN CADA MANO. SE QUEDA QUIETA Y MUY CALLADA CON CARA AMENAZADORA. SE VE UNA SOMBRA QUE PASA DETRÁS DE ELLA.)
LUISA: ¿De qué hablan?
MARY: Que te gusta correr.
LUISA: ¿Y para esos susurran? ¡PARA ESO SUSURRAN! (ARROJA LOS VASOS AL SUELO Y SE ARAÑA EL CUELLO, PERO COMO LLEVA LAS UÑAS CORTAS NO SE SANGRA. LA SOMBRA SE ACERCA A SU OÍDO. LUISA SE LLEVA LA MANO AL OÍDO Y PONE CARA MOLESTA, DE DOLOR.) ¡NO! No susurren. No es correcto. ¡NO ES CORRECTO! He sido buena. No me lo merezco. Está aquí. Me quiere. Y ustedes susurran. Y si susurran, me susurra y me duele y no me gusta.
MARY: Ven, mi niña, ven conmigo, te hago un té de manzanilla para que te calmes.
LUISA: ¡NO! Me quieres separar de Tristán y si él se va entonces sí me hace daño. ¡Aaaaaaaaaaaaah! (SE TOMA EL VIENTRE Y EMPIEZAN LOS DOLORES DEL PARTO.)
TRISTÁN: ¿Estás bien? ¡Luisa!
MARY: Son los dolores del parto. Hay que llevarla al hospital. Le hablo al Dr. Isidro mientras sacas el carro para que nos vea en el hospital. ¡Tristán! No tenemos tiempo que perder. Es muy peligroso que siga aquí.
SALEN DE LA CASA. TRISTÁN SOSTIENE A LUISA. DETRÁS DE ELLOS, CRUZANDO LA PUERTA, SALE LA SOMBRA.